Desde hace algunos días esta cita bíblica se repite una y otra vez en mi mente, es como si al recordarla comenzara a adquirir un nuevo sentido, se trata de una apreciación personal, pero que aplicada a nuestros tiempos me abre una nueva posibilidad de interpretación, la cual quiero compartir con humildad en este espacio.
Cabe mencionar que en las diferentes homilías que he tenido oportunidad de escuchar y leer, en general estas se direccionan hacia el pensamientos de Jesucristo quien se sirvió de la palabra ‘apacienta’ que significa prepara buenos pastos, alimenta a mis corderos, a mis ovejas, probablemente a la grey religiosa, básicamente ese es su contexto original.
Sin embargo, mi reflexión y perspectiva van hacia los más necesitados, a los olvidados. Al mirar a un drogadicto en la calle y recordar la cita “Apacienta a mis ovejas” Juan 21 15-19.
Lo que entiendo, es: Hay ovejas extraviadas que necesitan dirección, están perdidas en sus pensamientos y sentimientos, necesitan ser tranquilizadas, llevadas con amor hacia los demás.
Si observo a un alcohólico, al ver su rostro de tristeza y decepción, la palabra “apacienta” vuelve a adquirir ese sentido de esperanza, de regresar lo perdido a esa oveja extraviada, nuevamente me invita a darle confianza y tranquilizar a “su oveja” pecadora, con fallas, decepcionada, desilusionada, como en los tiempos de Jesús.
Él sin duda, hacía que regresara la paz y la calma a tantos seres humanos necesitados como hasta ahora.
Cuando a una pareja sufre la infidelidad, en medio de su angustia, dolor y amargura, la frase “apacienta” vuelve una vez más a adquirir esa caricia de amor, debemos darle esperanza y mitigar el dolor que hay en su corazón, dar paciencia, encontrar el camino, señalar la luz que devuelve la calma.
Frente a un suicida, quien no tiene esperanzas, seguro que se encontrará en un estado alterado y negativo, porque al querer salir de esta vida y acabar con su existencia, sin duda es un tiempo valioso para ofrecerle paz y remanso.
Para los migrantes, para los homosexuales, para quienes provocan las guerras y conflictos armados, para quienes ansían el poder político, para los narcotraficantes, para gran parte de la humanidad que está intranquila, estresada, alejada del camino del amor, es a quienes hay que “tranquilizar” y devolverle esperanza, vida y amor.
“Apacienta a mis ovejas” Juan 21 15-19